La Princesa tenía dos sirvientas que ejercían de niñeras e institutrices. Una se llamaba Égola y habitaba la buhardilla, donde la princesa era instruida en el conocimiento científico, las artes, las lenguas… y el saber de la alta sociedad de la época. La otra se llamaba Álmala, y frecuentaba el jardín del Castillo, donde enseñaba a la princesa el noble arte de cultivar flores y plantas. 

A la princesa no le estaba permitido salir del muro que rodeaba el Castillo, así que pasaba sus días entre la buhardilla, el jardín y las escaleras que unían a uno con el otro, que casualmente atravesaban todos los pisos del Castillo, haciendo a la princesita recorrerlo entero de lado a lado, a cada rato… lo que en algún momento le obligó a elegir entre pasar más rato con Égola en la buhardilla, o con Álmala en el jardín… y aunque ella lo había tenido claro desde chiquitina,  no siempre se encontraba con el beneplácito de los Reyes, que le inducían cada vez a pasar más tiempo en la buhardilla que en el jardín, por encontrarlo de mayor importancia para su vida… Y haciendo casi olvidar a la pequeña, los secretos que ofrecía el manto colorido en fondo verde, de las flores sobre el césped.

Ya conocía todos los secretos de la Ciencia, cuando desde una de las ventanas de las almenas… descubrió el campo que se divisaba por encima de los muros que rodeaban el Castillo… jamás había visto algo tan hermoso… y se sorprendió no haberlo descubierto antes, si al fin y al cabo, cada noche se asomaba a través de los vidrios  coloridos… ¡!! Paseó sus ojos una y otra vez por el campo hasta donde su vista lograba alcanzar… y reparó en las montañas, los árboles, el río lejano y las praderas salpicadas de violetas. 

Y sintió en su corazón que habría de llegar allí, y correr por esos campos, y oler sus flores y sentir el viento en su rostro, y los pies sobre su tierra mojada… 

Y en un alarde de valentía, bajó y trató de cruzar el muro por uno de los puentes que cruzaban el foso… 

… Pero al llegar al puente que unía el Castillo con el gran campo… topó de bruces a los guardianes, y los vio tan altos, sosteniendo sus puntiagudos arcos en las manos, y sus ojos eran tan serios… que aquello le asustó… y luego miró a la lejanía del horizonte sobre las montañas… y vio entonces  los peligros que, llegaban a su mente, se ocultaban en el campo…  donde una pequeña princesita no podría sobrevivir. 

Así que, caminó cabizbaja, con los ojos vidriosos, mirando al suelo, hasta dejarse caer de puro triste en uno de los bancos del jardín, sin percatarse de la nodriza Álmala, que cerca de ella plantaba las semillas de las flores de invierno…

“ … Un hermoso ángel, inquieto, buscaba…

… el ala de su paz, perdida…

… Y la halló, a sí mismo prendida…

… al contemplar su imagen reflejada… ”

Me licencié en Psicología e hice un Máster en Dirección Estratégica de Recursos Humanos por la Universidad de Salamanca. Además realicé el Máster en Psicología Clínica del Colegio Oficial de Psicólogos, para más tarde en la Universidad de León cursar el Máster en Investigación Socio-Sanitaria y el Curso de Adaptación Pedagógica. Toda esta formación me llevó a trabajar como Psicóloga General Sanitaria en el Centro Médico Martínez Quindós de León durante varios años. 

Mi intereses por aprender me llevó a ir un poco más allá e interesarme por otras áreas, formándome así como Facilitadora en Constelaciones Familiares y Organizacionales por Hellinger Science además de Inteligencia Emocional, Coaching WingWave e Hipnosis Ericksoniana, he realizado amplia formación en PNL, logrando ser Trainer y Didacta Oficial de la Asociación Española de PNL.

Todo ello me ha llevado a trabajar, además de psicóloga sanitaria, como Coach, personal, de pareja, familiar, organizacional y empresarial, y como formadora de PNL y Coaching, tanto a nivel personal, como profesional y de empresa, con un enfoque integral, sistémico y metafórico. Para ello he fundado Wings to Win, como escuela de Formación en Coaching y PNL, y promoción del desarrollo de la Inteligencia Emocional.”